sábado, 11 de agosto de 2018

Fonética y Fonología: Ensayo


Iniciación de la Fonética Acústica

Cuando se habla de Comunicación, de inmediato llega a la mente el estudio en general de cómo se da este proceso: la presencia de un emisor que codifica un mensaje haciendo uso de funciones cerebrales específicas para este proceso, de un receptor que a través de un canal que será capaz de decodificarla una vez la haya procesado mediante el conjunto de ondas sonoras que han sido procesadas a través de todo el sistema auditivo hasta llegar al cerebro, pero si nos detenemos a pensar en ¿Cómo se producen todas esas ondas que permiten la comunicación?, ahí estaríamos hablando de una disciplina muy amplia al igual que sus objetos de estudio, la Fonética Acústica, encargada del análisis y la producción de cada sonido del habla que va a permitir que un mensaje sea exteriorizado, pero más que eso, sea producido y expresado con éxito. Es por ello, que al hablar de Fonética Acústica, nos estamos refiriendo al plano acústico de cada sonido, el desplazamiento de las ondas sonoras a través del aire hasta llegar al oído humano en donde se capta y da un significado finalmente. Estas ondas son analizadas en función de sus distintos componentes, que van desde la salida de un tono puro, hasta el estudio de la frecuencia, intensidad, resonancia, amplitud y rasgo de cada uno de estos. A través de los años se han realizado muchos estudios que han permitido esto y de esa manera lograr que lo que eran transformaciones matemáticas, se observen reales y cómo se da este maravilloso proceso mediante los distintos aparatos como el sonógrafo y espectrógrafo que han mejorado la capacidad de captación de las ondas que se formen y de ese modo lograr su estudio, ya sean estas de producción consonántica o vocálicas.
La Fonética Acústica al estudiar el habla, no puede dejar de lado a los formantes, cuya formación se da a partir del pico de intensidad del espectro de un sonido, este vendría a ser la concentración de energía, que determinará la amplitud de la onda y que se denominará frecuencia. Esta distintiva característica permitirá la diferenciación entre los sonidos del habla vocálicos o consonánticos y a su vez permitirán procesos de reconocimiento del timbre de la voz. Hablando de los primeros de estos, los formantes que permiten distinguir los sonidos vocálicos, se puede decir que a través de aquel triángulo de producción de las vocales que conocemos desde hace mucho, se puede decir que esa forma de ubicar los sonidos de la a, o, i, u, e; no es porque sí, sino que de esa manera acústicamente ya ha sido estudiado tanto por la fonética acústica como por la articulatoria y es precisamente la forma en cómo los formantes de esta se producen normalmente en una representación gráfica de estos sonidos. Por otro lado, no se puede dejar de lado la producción de los demás sonidos, entre estos los que tienen modo de articulación; nasal, fricativo, africado, líquido u oclusivo por ejemplo, ya que los formantes de estos se van a representar de acuerdo a cuánta resonancia del tracto vocal haya, de esa forma algunas pueden ser atenuadas o no.
Los formantes vendrían siendo entonces: F1, F2, F3, etc, el uso de la cantidad de los mismos para ubicar un sonido dependerá en muchas ocasiones de las cualidades de dicho sonido; sin embargo, se puede decir que para las vocales harían falta únicamente un F1 y F2, ya que su producción es mucho más corta y así mismo será su presentación. Esto dependerá a su vez de la presentación de la lengua, su punto y modo de articulación y la energía involucrada para su producción, de esa misma manera pueden crearse formantes menos claros por ejemplo para los sonidos oclusivos y un poco más claros para los nasales.
Con lo antes mencionado, nos podemos dar cuenta que el sonido que estaría llegando entonces a nuestros oídos, siempre será el resultado de una onda compuesta dado que constantemente estamos mezclando fonemas, sílabas, palabras, oraciones, frases y enunciados que acústicamente poseen desde una pequeña carga ondulatoria, como las vocales, hasta una mucho más grande y por supuesto compuesta, como al momento de expresar frases. Con esto definimos que la Fonética Acústica no estudia el contenido en el intercambio de un mensaje, sino más bien su expresión lingüística…



Información de Referencia:
Llisterri, Joaquín. (1991). Introducción a la fonética: el método experimental. Barcelona, Anthropos.



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